sábado, mayo 06, 2006

En la ópera

Bruno Marcos
Me llegó una invitación para la ópera y ella, ni corta ni perezosa, en mi ausencia y a sabiendas de mi negativa a hacer de comparsa en las mil y una inauguraciones que da esta cultura local que es toda ella un malentendido, llamó para concertar nuestra recogida de las localidades y añadió, de su propia cosecha, a un sobrino. Total que nos pusimos allí con niño y todo y resultaba que aquella ópera formaba parte de este tinglado que se han montado ahora aquí de la feria internacional de libro infantil, es decir del negocio que se da vendiendo libros a los niños que -supongo yo- no leen nada. De hecho yo trato todos los días con cien adolescentes que no quieren ver, en su mayoría, un libro ni en pintura.
Por cierto que me llega el rumor de que ha ganado uno de los premios de poesía más importantes del reino un chaval de 16 años. ¡Madre mía! Me imagino que quieren inventarse un Rimbaud de usar y tirar para vender algunos ejemplares más pero es que yo pienso en mis pupilos, generación logse, perpetrando un poemario y no sé si reír o llorar.
Hoy otro profesor le dijo a Serio Vital: “Mira no nos intentes engañar, Bruno y yo llevamos estudiando más tiempo del que tú has vivido...”. Y es que nos pasamos más de 20 años dentro del sistema educativo, más el estudio, por libre, de las oposiciones, y además casi todos queremos luego ser profesores, es decir toda la vida en el sistema educativo. Es normal, pues, que mi inconsciente me lleve en sueños hacia atrás y hacia adelante en mi carrera de estudiante. Se lo he preguntado a más gente que ha estudiado y bastantes reconocen haber tenido pesadillas parecidas a las mías, pesadillas extrañas en las que me veo, de pronto, mayorón, asistiendo a clase de 5º de primaria, o intentando infiltrar mis cuadros en el aula de pintura del último curso de carrera por el que no había pisado en todo el año. Durante mucho tiempo estuve soñando que hacía por gusto, otra vez, el bachillerato completo, paralelamente a mi trabajo, ocultando a mis compañeros oníricos que ya era profesor.
Es increíble, desde que aprobé las oposiciones, jamás volví a soñar con que tenía que sentarme en un pupitre con los niños de doce años porque se hubieran dado cuanta de que me faltaba aprobar una asignatura de hace mil años.
Yo me esfuerzo por ver en mis alumnos su dimensión espiritual y suelen siempre mostrarme lo más zafio de lo humano, sin embargo, en la ópera, oír a estos pocos cantar como los angeles...

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Creo que Ella quería hacer un simulacro de salida cultural familiar.Un anticipo de los paseos que os esperan alejados de la bohemia cultural.La estampa era perfecta.

mayo 10, 2006 12:41 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home